Desde hace algunas décadas, tanto en ambientes académicos como en la cultura popular, se ha producido una nueva puesta en valor de la
Négritude. En 1935, Aimé Césaire, Léon-Gontran Damas y el hoy controvertido Léopold Sedar-Senghor, invirtieron el carácter peyorativo del término
nègre para convertirlo en un emblema de autorreconocimiento y emancipación. Actualmente, solo podemos entender la
Négritude como «
Négritude expandida» y, partiendo de la teoría de la
double consciousnes de Du Bois
, reivindicamos el lugar imprescindible, precursor o implicado de las hermanas Nardal, René Menil, Suzanne Roussi-Césaire o Wifredo Lam. Sin olvidar que Frantz Fanon se formó en el núcleo de la
Négritude para arribar a otros puntos de pensamiento.
En el pasado, la
Négritude fue criticada porque, en su impulso anticolonial, usó epistemologías propias del sistema de conocimiento de los colonizadores. Pero, al cabo, todo el pensamiento poscolonial ha articulado esta misma síntesis. Poetas, escritores y artistas, los inspiradores de la
Négritude eran también mujeres y hombres plenamente implicados en su propio tiempo cultural. En lo que llamamos «arte de vanguardia» vieron una crítica históricamente situada de los creadores europeos a las propias bases hegemónicas de la cultura occidental. Entendieron entonces que el llamado «arte de vanguardia» era un aliado poderoso y necesario en toda demanda anticolonial que quisiera ser realmente contemporánea. Un sector del surrealismo vino a confirmarles este supuesto. Pero ante todo Picasso ocupó un lugar especial tanto en los afectos intelectuales de Césaire y Senghor como en el carácter pionero de la obra de Lam. De la revisión de estas complicidades puede surgir hoy una «reinterpretación» de las relaciones entre Picasso y el «arte africano». Y se trata de una «reinterpretación» que hace comprender cómo el llamado
art nègre no solo ocupó un lugar primordial en la fundación del arte moderno, sino que fue un factor definitorio, recurrente y sustancial a lo largo de toda la producción picassiana.
Eugenio Carmona
Catedrático de la Universidad de Málaga y director de la Cátedra Picasso de la Fundación Málaga. En la actualidad es miembro del comité de programación y del Patronato del Museo Picasso Málaga, museo del que fue fundador. A lo largo de una década ha sido miembro del Patronato y de la Comisión Ejecutiva del Museo Nacional Reina Sofía y asesor de la Colección Arte Contemporáneo, depositada en el Museo Patio Herreriano de Valladolid. Así mismo ha sido asesor del Tenerife Espacio de las Artes y del Museo Casa Natal Picasso. Ha trabajado como consultor artístico de la Fundación Telefónica y del Instituto MAPFRE de Cultura. Ha comisariado exposiciones en España, Italia, Bélgica, Alemania, en varios países de América Latina y en Pekín. Su proyecto «Picasso y la modernidad española» fue señalado por la revista The Art Newspaper como una de las exposiciones más visitadas en las últimas décadas. Ha dirigido 10 tesis doctorales sobre Picasso y proyectos de investigación dedicados el estudio del cubismo y de las narrativas del arte moderno. Además de Picasso, sus intereses investigadores se han dirigido, también, hacia el arte español del siglo XX. En 2023 fue comisario del proyecto «Picasso 1906. La gran transformación» y ahora trabaja en la propuesta expositiva e investigadora, «Picasso Memoria y Deseo».
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